domingo, 16 de agosto de 2009

Real Sociedad 0 - Real Madrid 2




El Real Madrid continúa con la puesta a punto de su maquinaria de lujo y, con toda la cautela a la que obliga la fecha en la que estamos, los primeros trazos de lo que se está dibujando llaman la atención. No se esperaba otra cosa, pero conviene que las expectativas que se generan con los fichajes tengan su confirmación sobre el césped. Se necesita hacer realidad tanta ilusión y este Madrid apunta a que va por el camino correcto para lograrlo. Al menos en ataque. La seguridad defensiva es una asignatura que llevará más tiempo aprobar. Kaká y Cristiano inventan y Benzema ejecuta. Así parece que va a ser a lo largo del curso y así fue en Anoeta.

En el amistoso para celebrar el centenario de la Real Sociedad se vio a un Madrid llamativo en ataque, brillante por momentos y contundente como siempre. En defensa se apreció a un conjunto dubitativo, inquieto, asumiendo algunos riesgos cuando no había necesidad. En ataque brilla el sol y en defensa no se van las nubes. En cualquier caso no hay que inquietarse, ya que de los cuatro hombres que formaron la zaga de inicio, sólo uno, Albiol, parece con serias posibilidades de ser titular esta temporada. El valenciano estuvo acompañado por Torres, Garay y Drenthe y en algunas fases del choque tuvo que estar más pendiente de los movimientos de sus compañeros que de los rivales. Las acciones a balón parado continúan siendo un martirio.



Arriba se vio una movilidad constante de Kaká, Cristiano, Raúl y Benzema, con intercambio continuo de posiciones, un fútbol dinámico, con combinaciones rápidas, a uno o dos toques máximos. Complicado de ejecutar y difícil de defender. Por detrás Xabi Alonso sostuvo al equipo, mandó, cortó y creó y se entendió bien con Guti, su compañero en el mediocentro.

Cristiano es talento, pero Kaká es fútbol en su esencia más pura, un deleite para la afición y una bendición para sus compañeros, para los que la vida es más fácil con el brasileño a su lado. Elegante en la conducción, Kaká tiene la virtud que define a las grandes estrellas y es que hace mejores a los demás. Benzema volvió a asociarse con facilidad e inteligencia con Cristiano y el propio Kaká y marcó el primer gol, que desniveló el encuentro. Completó el cuarteto ofensivo Raúl, quien tiene más dificultades para ejecutar el fútbol que proponen sus tres acompañantes. Pero ya se sabe cómo responde Raúl a los que dudan de él, así que no será un servidor quien lo haga, al menos a estas alturas de la pretemporada. En cualquier caso, sería interesante ver cómo se asocia Granero a Kaká, Cristiano y Benzema.

La Real salió animada, arropada por un público entregado, con la pretensión de plantar cara al Madrid. El efecto duró un cuarto de hora, el tiempo que necesitó el equipo que entrena Manuel Pellegrini para tomar el control del partido e imponer su juego de toque. El primero que avisó fue Xabi Alonso, después Cristiano puso a prueba a Bravo en un par de ocasiones, Raúl malgastó una buena ocasión al cabecear alto un rechace del portero chileno a tiro de Cristiano y a continuación le llegó el turno a Kaká, que acarició el poste con un disparo desde el borde del área y volvió a obligar a intervenir a Bravo poco después.



La respuesta de la Real ante tal demostración de poderío ofensivo se produjo a la media hora, cuando Agirretxe cabeceó fuera de forma incomprensible cuando estaba solo. Drenthe y Garay mostraron sus carencias y ayudaron a fabricar la mejor ocasión local en toda la noche. La ocasión despertó a la Real, que pese al fallo le permitió quitarse complejos de encima y hasta llegar al descanso inquietó algo a Casillas, que había vivido con tranquilidad.

El paso por los vestuarios no cambió el dibujo ni las intenciones del Madrid, que apenas necesitó cuatro minutos para adelantarse. Cristiano lanzó una falta, Bravo intentó atajar el balón y lo que hizo fue dejarlo en los pies de Benzema, que, situado en el punto en el que viven los buenos delanteros, marcó con facilidad.

Dueño del juego y del resultado, el Madrid tuvo tiempo también para hacer pruebas. Granero, Robben e Higuaín sustituyeron a falta de 20 minutos a Kaká, Cristiano y Raúl. Varió el dibujo Pellegrini con estos movimientos de piezas. Pasó del 4-2-2-2 al 4-4-2, con Granero y Robben abiertos en las bandas e Higuaín acompañando a Benzema. Ganó en profundidad el Madrid, pero perdió algo de control.

Pellegrini retiró después a los dos mediocentros, Xabi, despedido con una gran ovación, y Guti para dar entrada a Pepe, que volvió a actuar como medio, y Sneijder. Faltaban diez minutos, tiempo suficiente para que Sneijder alzara la voz y cerrara el choque con un golazo de falta desde fuera del área en el tiempo añadido. No hay mejor forma que esa para reclamar que puede continuar en la plantilla.

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